Desde varios sectores internos del toreo, se están dirigiendo mensajes a la masa de aficionados para que se les de un mayor respeto a las figuras del toreo, desde el empresario Simón Casas hasta Núñez del Cuvillo han hecho manifestaciones en este sentido.
En anteriores entradas hemos recogido diversas entrevistas bajo el título "Lo que confiesan los toreros", aludiendo a aquella gran publicación de Parmeno, habiendo ya pasado tres grandes figuras del toreo. El denominador común, es decir, en lo único que han coincidido los tres, es en afirmar, que la temporada anterior ha sido "dura". Y de esta manera lo describen, "dura en lo físico y en lo psíquico" para Morante de la Puebla, "ha sido difícil y dura" según Enrique Ponce y "muy dura, muy dura" desde la perspectiva de El Cid.
Cuando cualquier aficionado lea esto, no creo que piense que la temporada de estos tres grandes figuras del toreo haya sido "dura", ya que no ha estado impregnada de ninguna gesta, al contrario ha habido muchas tardes oscuras y no voy a entrar en analizar las vergüenzas de cada uno.
La ética en el toreo debe empezar por las grandes figuras del toreo, si quieren contar con el respeto de los aficionados, ya que una cosa es ser una gran figura del torero para el espectáculo y otra muy distinta es serlo para el aficionado.
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