“La suerte de banderillas, como todas las suertes del toreo, son fáciles y difíciles, depende de terrenos, saber si el animal se va a arrancar con violencia, templanza o va a esperar. Lo más importante de esta suerte es la preparación. Una vez el toro fijado, hay que andarle completamente relajado. Andar, andar de frente entre los dos pitones. Despacio, muy despacio, y olvidarse de todo lo que te rodea, totalmente entregado. Se deja que el toro arranque primero, se le va midiendo con el hombro izquierdo o derecho, según por el lado que el torero se vaya. Llegada la reunión, se lleva una mano a buscar la otra sin mover ésta. Este movimiento hace que, sin querer se mueva el cuerpo. Al quedar enfrontilado con la testuz, entre los dos pitones, las manos se han juntado. Salen con precisión de abajo a arriba y en ese momento se clavan las banderillas, mirando el hoyo de las agujas del toro con los pies apoyados en el suelo. En el embroque hay que saber girar sobre las puntas de los pies, dando salida al toro, apoyándose en las banderillas.” PACO HONRUBIA.
En el cuarto toro de ayer en Zaragoza, José Manuel Montoliú puso un par antológico, de la mejor escuela valenciana, que recordó al viejo maestro Paco Honrubia y al propio padre del subalterno, el llorado Manolo Montoliú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario