sábado, 27 de octubre de 2012

sábado, 13 de octubre de 2012

SOBRE LO FUGAZ


Curro Díaz paseo ayer por la La Maestranza de Sevilla su rebelde insumisión. Convertido en un francotirador anárquico que se ríe de toda autoridad, inclusive la suya, desgranó en dos tandas con la mano derecha, la fugacidad más pura del toreo. Sus muletazos, fueron una revuelta irreverente contra las formas imperantes de realizar hoy en día el toreo. Una disidencia entendida sólo por una minoría, como la que gustaba a Juan Ramón Jiménez, "a la minoría, siempre a la minoría". Su toreo desmayado, con los hombros descolgados como los Cristos de Juan de Juni, sonó a disonancia en esta tauromaquia, donde la longitud del muletazo se impone a la fugacidad del arrebato y la música de banda a la intima soledad.  
Ya se sabe, "ni se busca ni aparece lo que se pierde, en el fondo, el toreo es verso redondo, que fija la fugacidad que acontece".