sábado, 27 de noviembre de 2010

FRANÇAIS GYPSY


Juan Arolas

Saintes Maries de la Mer recibe su nombre, que significa Santas Marías de la Mar, por María Salomé y María Jacobé, que llegaron a la ciudad procedentes de Tierra Santa junto a la esclava Sara, huyendo de los ataques contra los cristianos. En el mismo barco viajaban, entre otras personas cercanas a Jesucristo, María Magdalena y Santa Marta, que posteriormente marcharon a evangelizar otros lugares de Francia.
En la cripta de la Iglesia Nôtre Dame de la Mer, se encuentra también una imagen negra: es la esclava Sara, conocida hoy en día como Santa Sara Kali, patrona de todos los gitanos. La historia de Sara es algo misteriosa. Se ha llegado a decir que era la hija de Jesucristo y María Magdalena, aunque eso ha sido totalmente negado por la Iglesia Católica. También que no iba en el barco, sino que presintió la llegada de las Santas y las ayudó a desembarcar. Otra leyenda cuenta que sí viajaba en el barco, y que estando a merced de las corrientes y sin comida, se quitó el pañuelo de la cabeza e hizo la promesa de que si llegaban sanos y salvos a tierra, no se volvería a quitar el pañuelo en señal de respeto a Dios, llegando después a Francia y cumpliendo su promesa el resto de su vida.
Esta última es la versión más aceptada entre el pueblo calé. Por ello muchas gitanas le llevan pañuelos para demostrarle su devoción. Además Santa Sara Kali está relacionada con la maternidad, por lo que las mujeres con problemas de fertilidad acuden a pedirle que las ayude a quedar embarazadas. También las que están encinta para tener un buen parto.
Los gitanos, que la han hecho su patrona, la veneran cada año en la última semana de mayo. Miles de personas llegan en peregrinación de todas las partes del mundo, principalmente del este de Europa para celebrar tres días de fiesta y devoción. El momento cumbre de esta fiesta es el día 24 de mayo, cuando la imagen de la Santa es sacada en procesión y llevada hasta el mar por los gitanos. Al día siguiente son sacadas también las Santas Marías y llevadas igualmente hasta el mar. El último día de celebración está dedicado al Marqués de Baroncelli, célebre aristócrata de la ciudad que consiguió que la Iglesia Católica autorizara las procesiones a Santa Sara, que no ha sido santificada por la Iglesia de Roma, y que fue un gran defensor de las tradiciones y de los gitanos.


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