jueves, 11 de noviembre de 2010

ERA UN DÍA SEÑALADO DE SANTIAGO Y SANTA ANA


Un día, mientras interpretaba un cante por siguiriya, Manuel Torre sufrió un vómito de sangre. Su amigo el torero Ignacio Sánchez Mejías, que más tarde fue llorado por García Lorca en su famoso poema, lo puso en manos de médicos que le diagnosticaron tuberculosis. Manuel de Soto Loreto, "Manuel Torre" murió en Sevilla en su casa de la calle Amapola el 21 de julio de 1933, rodeado por el entorno humilde y andaluz en el que siempre vivó.

Manuel Torre, el de los sonidos negros, el inspirador de todas las teorías del duende, fue tenido por un personaje raro, caprichoso, extravagante a veces, de mal carácter e inseguro incluso, pero dispuso de una voz natural y un sonido revolucionario en su tiempo, con profundas pasiones y violentas emociones. Su vida fue siempre ajena a las preocupaciones sociales, sólamente mostraba interés por sus galgos (”Andújar” y “Amapola”), los pollos ingleses, su colección de relojes de bolsillo y su borriquillo (el “exprés de Cádiz”) con el que hacía los desplazamientos cortos para sus actuaciones.

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