sábado, 8 de enero de 2011

MORA EN MANIZALES


Manizales, 07/01/11
Gusto, gracia y solvencia. Ahí está la diferencia que coloca a Juan Mora como el torero de mayor novedad, cosa paradójica con 27 años de alternativa a cuestas.
Y lo mostró con creces en sus dos toros en esta tarde en que el toreo fue suavidad añeja, expresión cristalina, movimiento tenue de la muleta con la expresividad que aporta el cuerpo de Juan que, relajado, se convirtió en crispación estética.
Faenas cortas ambas. No esas interminables tan de moda hoy y que, dicen por ahí, exigen los públicos.
Mora con los pies juntos acompañó en las verónicas de recibo, pura seda, brillo y luz. El toro, que se venía por dentro por el derecho, presta su condición para ver el toreo con la izquierda y emocionarnos con él. Simple, suave, sin nada forzado, muletazos que azotan el alma. Montó la espada repentinamente y cobró.
En su segundo más de lo mismo, que siempre es distinto, cuando se trata del plasentino. Cada lance, cada muletazo un verso de un poema mayor, el de la faena que le valen a Mora las dos orejas y la unánime aclamación victoriosa de un torero hoy fundamental.

EFE

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