miércoles, 29 de diciembre de 2010

EL CAPOTE NEGRO Y AZABACHE DE JOSELITO


Hace unos 40 y tantos años, Antonio Ordoñez organizó un festival en Málaga a beneficio de Bernardo Muñoz "Carnicerito", personaje bohemio, banderillero que fue del gran Manuel Martín Vazquez, y también suegro de Rafael de Paula. Torearon el festival Antonio Bienvenida y Ordoñez entre otros. Días después, se acercaron ambos Antonios (Ordoñez y Bienvenida ) a Jerez de la Frontera a llevar lo recaudado al bueno de Bernardo, que ya estaba enfermo y guardaba cama. Al ver llegar a los dos maestros, se levantó, abrió un arcón y sacó un viejo capote de paseo negro y azabache, se dirigió a Ordoñez y entregándoselo le dijo: - Es lo único que me queda del toro. Perteneció a Joselito, y lo llevó cuando guardo luto por la muerte de su madre, me lo regaló su hermano Rafael hace muchos años. Guárdalo con respeto y lucelo con orgullo pues solo lo utilizó Joselito y ahora es tuyo. Ordoñez, nunca llegó a usarlo. Años mas tarde, se celebraba una corrida de toros en la carabanchelera plaza de Vistalegre de Madrid, en la que se retiraba del toreo Antonio Bienvenida, con toros de Bohorquez y alternando junto a Curro Romero y Rafael de Paula. Hacía justo unos días que acababa de fallecer la madre de los Bienvenidas y el día de la corrida apareció Antonio Ordoñez en la habitación de su tocayo con un paquete bajo el brazo: - ¿Recuerdas aquella tarde en Jerez antes poco antes de morir Bernardo?, ví como te emocionabas cuando me regaló el capote. Toma, por que hoy te retiras del toreo y porque acaba de morir tu madre, quiero que el capote sea tuyo. Este fue el capote que llevó Bienvenida aquel día y que puede verse en las fotografías de aquella histórica tarde, pues Rafael de Paula realizó una de las mejores faenas de su vida. Al llegar al patio de cuadrillas, Paula no quitaba ojo al capote de paseo del maestro. Nadie sabía, que él y solo él, se había liado ese capote miles de veces para hacer paseillos imaginados cuando era un crío, y subía al desván de la casa de Bernardo para torear toros imaginarios. El gitano de Jerez, se asombró al ver aquella joya tantos años después. Nadie volvió a hacer un pasillo con aquel capote. Pasados unos años, Bienvenida volvió a los ruedos y Ordoñez le reclamó en más de una ocasión el capote. Finalmente fue Angel Luis quien donó la histórica prenda al Museo Taurino de Madrid, donde tras varios años sin mostrarse ya puede verse hoy en día.
Por Alhamar 2

1 comentario:

Bérnar dijo...

Excepcional historia la del capote de José, testigo mudo de una tarde en la que se vio una de las faenas más mágicas en la historia del toreo. Me ha encantado.