jueves, 22 de julio de 2010

LAS OTRAS FAUNAS: LA VOZ SEDUCTORA DE ZENET

Toni Zenet es un hombre de costumbres. Todos los días lee el periódico y se toma una cervecita como apetitivo antes del almuerzo. En el mismo sitio y a la misma hora. Zenet es también un hombre inquieto. Actor y músico, este malagueño de 41 años domina la expresión corporal. Habla deprisa, gesticula, mira a los ojos… Sabe lo que hace. De cerca se hace difícil olvidar su papel como joven Picasso en la serie de televisión de principio de los noventa. Pero Toni guarda muchas más sorpresas. La última es su primer trabajo en solitario llamado Los Mares de China. En los 20 años que separan las dos cosas ha hecho de todo. Además de sus trabajos en el cine, Zenet ha recorrido España como vendedor en puestos de artesanía medieval, ha sido animador en barcos, también camarero, peón de albañil y pintor de brocha gorda. Ha hecho anuncios con Ronaldo, ha visitado algún sex shop con el genio y fetichista de pro Luís García Berlanga, ha vendido enciclopedias y ha sentido el abrazo de un oso asturiano mientras rodaba documentales de naturaleza.
Para entender cada una de estas vidas hay que viajar al Pedregalejo de Málaga, un barrio a medio camino entre pueblo de pescadores y zona colonial. Allí, a principio de los setenta su padre, un constructor con alma de humanista, organizaba reuniones con artistas y juergas flamencas donde, a veces, se arrancaba a cantar su madre, un ama de casa luchadora, de quien Zenet ha heredado su tesitura de voz. El pequeño Toni tenía la sana costumbre de quedarse dormido en medio de ese inspirador jaleo. En esta casa sonaba flamenco, pero también Silvio Rodríguez, Atahualpa Yupanqui, los Beatles y los Stones.
Hace mucho que firmó su primer contrato, menor de edad, para trabajar en el mítico ballet Zoom, de Valerio Lazarov. Ahora pinta, escribe (va a publicar un libro de poemas), pero Los Mares de China es su mejor obra. Sin duda. De ella le ofrecemos, Soñar contigo.
Ainereh a odacided.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Peculiar, diferente y encima malagueño. Gracias Juan Arolas por cositas como esta.