Corría el año 1977, cuando Paco Camino se entretuvo en torear con la PUREZA Y HONDURA que se merecen determinados toros. Observen como adelanta la muleta en los cites y carga la pata para alante, alargando el muletazo todo lo que le pide el toro y sin perder un ápice de empaque en su expresión. La seguna tanda guarda la PUREZA de la primera, pero es todavía más HONDA, ya que el toro va todavía más toreado. Igual la tercera ya con la mano izquierda, en la que lleva embebido al toro en los dos de frente y en el de pecho. Hasta aquí Paco Camino ha toreado para el toro, le ha dado la oportunidad de lucir toda su bravura, y a partir de ahora Camino saca a relucir su torería y torea ya para él. Ahora, una vez que el toro ha sido cuajado y el público lo ha percibido, los muletazos son ya más relajados y erguidos, empiezan a aparecer los molinetes, los kiki-rikies, las trincherillas, los cambios de mano por delante de la cara del toro y esa mirada final de complicidad con el público que está siendo tambien parte fundamental de la faena.
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