Dios te libre de un toro bravo se ha dicho siempre, y esta semana en Pamplona en vez de uno han salido unos cuantos que se han ido sin cuajar. El dilema es sencillo, cuando sale un toro bravo no quedan más argumentos que cuajarlo. Así las cosas VICTORIANO DEL RÍO Y EL PILAR se despacharon con dos encierros de nota alta, en los que Curro Díaz, Talavante, Cid y Tendero evidenciaron deficiencias que deben de subsanar si quieren ser la alternativa al poder establecido. Poder, que juega con lo mediático a su favor y al que su dinero les costará, si no, no se entiende la polvareda que se levanta siempre con El Juli, cuando las presidencias le deniegan algún trofeo y los crónistas adocenados califican su actuación como importante. El Fandi y Castella estuvieron semiimportantes al cortar dos orejas cada uno, premios excesivos que evidenciaron la falta de críterio de los presidentes y asesores. Para finalizar, JANDILLA envió el encierro peor presentado de toda la feria de Pamplona, en la que Perera no brilló. Resulta paradigmático, que a los pocos días El Juli en Mont de Marsan cortara cuatro orejas y estuviera "menos importante" que cuando no las corta. Otro que cortó cuatro orejas fue Cayetano en Toro ante un encierro terciado, por no decir otra cosa, y que el viento se las llevó sin dejar nada en el recuerdo. Sin embargo, lo verdaderamente importante fueron las cerca de 14.000 almas que en BARCELONA gritaron ¡¡¡LIBERTAD, LIBERTAD!!! y que vieron a un José Maria Manzanares pletórico, que en fecha tan importante no dejó pasar el tranvía del éxito. De todas maneras, el 28 de julio Barcelona tiene ya su puntilla preparada, para cercenar la libertad de esas almas.
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