miércoles, 4 de julio de 2012

JUAN TALEGA


Allí, en Dos Hermanas, en las calientes noches del sur, Juan Talega solía sentarse en la puerta de su casa, con una silla baja y una vara de acebuche en la mano, con la que apuntaba, indefectiblemente, un cante por soleá. Allí llegaban muchas veces, para sentarse junto a él, los grandes del cante. Iban para recoger algún retazo de su magisterio, para que les iniciase en su gran secreto...Igual que los antiguos iban a las grandes cuevas sibilinas para impregnarse de los viejos secretos. La voz de Juan Talega era la voz de los padres antiguos.
Francisco Moreno Galván.

1 comentario:

La condesa de Estraza dijo...

Se agradece, Juan Arola, de madrugada.

La condesa de Estraza