El peligro de mentir es contagioso y nunca sabemos hasta donde puede llevarnos. Gustar de la verdad, rozarse con ella, habla de una conducta básica que proyecta ese estar abierto sinceramente a lo traslúcido. Generalmente a quiénes más mentimos, es a nosotros mismos.
"quién urde o maquina una mentira, no se da cuenta de la pesada carga que se echa encima, ya que para sostenerla necesitará luego inventar una infinidad de ellas". Leonardo Da Vinci.
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