jueves, 9 de febrero de 2012

EL JULI: LOS TOREROS NO QUEREMOS SER MARIONETAS


—Las crónicas hablaban de un Juli que toreó en la Monumental mexicana como si estuviese en juego su carrera. ¿Salió más espoleado allá por el «ninguneo» que a veces ha sentido acá?

—El verdadero motivo de ser torero es vivir cada tarde como si fuera la última. Me jugué la vida con un difícil lote y corté cuatro orejas. Estoy feliz.

—¿Le dolía la «herida» fresca de su ausencia en Valencia?

—Eso duele muchísimo. Si no toreo en Fallas es porque, después de llegar a un acuerdo televisivo, no me han llamado. Es incongruente que en los carteles no se refleje lo que ocurre en los ruedos, caso de Perera.

—No se entiende que todo el G-10 cobre derechos de imagen (279.000 euros) y solo toreen cinco figuras.

—Explico: se vendieron los derechos de diez toreros. El empresario es el que ha decidido no anunciar a todos; será porque le compense...

—En esta guerra pierden la afición y el que se queda en casa sin torear.

—No cabe duda de que quedarse fuera de Valencia es muy negativo, tanto artística como económicamente.

—En medio de tanto comunicado, la opinión pública no tiene claro qué persiguen exactamente las figuras.

—El mensaje rotundo que quiero transmitir es que los toreros que se agrupan en el llamado G-10 no están en absoluto en contra de la televisión. Todo lo contrario: estamos muy agradecidos a las cadenas que han apostado por los toros, pero también consideramos fundamental la televisión en abierto y no un monopolio. No es lícito que se mercadee con la imagen del que se juega la vida. Los dueños de esa imagen deberíamos ser nosotros. Ahora somos marionetas, y queremos dejar de serlo.

—Algunos piensan que el G-10 quiere «rebañar» el pastel televisivo.

—Eso no es así, aunque sabemos que antes de negociar ya se creó un ambiente hostil. El plan primero era para todo el escalafón, establecer unos mínimos para los que tienen una situación más difícil. Pero no se ha podido llevar a cabo por presiones empresariales hacia algunos toreros. Pedimos algo beneficioso para la Fiesta: mayor cobertura, llegar a todo el mundo.

—La moneda también será un as de oro en esta batalla televisiva.

—Lo económico no es lo más importante. Para nada. Es más, parte de los ingresos los destinaremos a una fundación en pro de la Fiesta. Ahora mismo no tenemos voz ni voto. Evidentemente, consideramos justo un reparto más equitativo. Pero estamos dispuestos a sacrificarnos en la medida en que sea necesario. Por ejemplo, queremos que vuelvan las corridas a TVE para que se vean hasta en el último rincón de España y, si el ente no tuviese dinero, puede llegarse a un acuerdo de otros modos, como ofreciendo información en los telediarios, aspecto fundamental en esta pelea.

—Las empresas se quejan de la situación, sobre todo, en tiempos de crisis.

—Nuestra medida no es abusiva. Lo que sucede es que en ese reparto antes se beneficiaba más la empresa que el torero, que es el que capta la atención.

—¿Lucha de poderes?

—Si no hubiese televisión, casi todo el G-10 estaría en Fallas. Pero si no toreas con televisión, no estás en las ferias. Claro que, incluso alcanzando un acuerdo, algunos nos hemos quedado fuera. Se ha tomado ese camino como una medida de fuerza.

—¿La independencia tiene un precio?

—Me siento muy orgulloso de ser independiente y de pagar el precio que sea por ser dueño de mi carrera y no estar al servicio de nadie ni de ningún sistema.

—Si el pacto del G-10 es uno para todos y todos para uno, ¿hubiese preferido que, como medida de presión, sus compañeros rechazasen actuar si no se contaba con los ausentes?

—Es muy honesto no interferir en la contratación artística de unos y otros. Deben torear los que se lo hayan ganado en el ruedo, no porque te apodere o no alguien independiente. Es más, a veces entre nosotros existe la competencia de querer las mismas fechas.

—¿Se ve más dentro o fuera de Sevilla?

—Hasta que no me llamen no lo sabré. Pero lo de Valencia es un poco indicativo del camino que se puede seguir...

—Las negociaciones resultan chocantes: el apoderado no puede firmar un contrato con una empresa porque está a expensas de All Sports Media...

—Siempre tuvimos claro que había que separarlo: el apoderado tiene la potestad de negociar el valor artístico; la televisión es aparte.

—¿Han medido la posibles consecuencias con esta economía zaina?

—El dinero de la tele es algo externo y no debería perjudicar. Yo no he pedido a nadie que suba mis honorarios.

—El río de la rumorología trae seis toros el Dos de Mayo en Madrid...

—Es un bulo total. No ha habido ningún contacto. Tengo clarísimo que, aunque se tomen represalias con ciertos toreros por ser independientes, eso no me llevará a tomar decisiones incongruentes. Sigo mi carrera totalmente tranquilo y reivindicando libertad y respeto para los toreros actuales y los futuros.

ABC. Rosario Pérez.

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