miércoles, 23 de febrero de 2011

EL VESTIDO DE TOREAR EN EL S. XVIII

En el dibujo que hizo Miranda a Francisco Romero, se describe perfectamente lo que fueron los inicios del traje de torero. Por primera vez en la historia de la tauromaquia, un torero se enfrentaba a los toros con estoque y muleta, vistiendo calzón, coleto de ante negro, mangas acolchadas con terciopelo negro y cinturón bien ceñido.


El Coleto era una vestidura hecha de piel por lo común de ante, sin mangas, abierta por delante. Por su flexibilidad y dureza, el ante era el material preferido en aquella época para confeccionar los trajes de toreros. Sus cualidades permitían la libertad de movimiento con una cierta protección frente a los posibles rasguños ocasionados por los pitones.

Por esta época el toreo a pie competía con el de a caballo, se inventa la muleta y se introduce la suerte de matar al toro cara a cara a pie. Nicolás Fernández de Moratín, afirmaba que los toreros participaban de una ceremonia al usar “calzón y coleto de ante, correón ceñido y mangas atacadas de terciopelo negro, para resistir las cornadas” . En 1730, la Maestranza de Sevilla se encarga de vestir a los toreadores contratados con vestidos de color grana con galón blanco; acabó siendo el uniforme oficial de la Maestranza. Este encarnado y blanco se mantuvo durante más de de 60 años como uniforme oficial. Fuera de Sevilla, como en Madrid, Granada y Aranjuez ,los toreros tenían cierta libertad en los colores y adornos de sus trajes, siempre que fueran sobrios.

En 1793 a petición de Joaquín Rodríguez , “Costillares”, los toreros de a pie usan galón de plata. Costillares, introduce más adornos colgando botones y bordados en los galones. En 1797 se celebró una corrida en Madrid, actuando como matadores Costillares y Pepe-Hillo. La cuadrilla de Costillares llevaba tela de gusanillo verde celedón y el maestro llevaba vestido guarnecido de galón de plata brillante , ancho, con hojuela de plata por las costuras y rapacejo de plata por los cantos.

Más adelante se cambió el ante por la seda, adoptándose el traje de majo. Con Costillares tuvo lugar la revolución en el diseño del traje de torear. Juan de la Cruz, pinta a Costillares con un traje de los manolos del XVIII, chaqueta media larga; cuerpo de seda y muchos adornos, ondas y botones con filigranas. Hombreras y charreteras anchas de cinta de seda. Mangas estrechas con ojales y botoneras. Resalta la gran faja de seda roja lazada al lado izquierdo. Calzón ancho con botonaduras en los laterales y cerrado por debajo de la rodilla. Medias claras de seda y zapatos bajos con lazos de adorno. Este último detalle se mantiene en los trajes actuales. Curioso es el color de la muleta .


En todos los cuadros de Goya representa al torero con un tocado en la cabeza y el pelo recogido en una redecilla negra, igual que en el cuadro de Juan de la Cruz a Costillares. La larga coleta y la forma de recogerlo, posiblemente se justificaba para proteger la cabeza en caso de golpe por caída. En muchos casos la redecilla negra quedaba rematada por un lazo de seda negro en lo más alto de la cabeza. Con el tiempo al irse suprimiendo la redecilla, aparece la montera en el siglo XIX.

No hay comentarios: