Curro Díaz lleva en sus venas, en el corazón, las esencias misteriosas del arte gitano. No lo es, como tampoco su tocayo, Romero, el “faraón” de Camas. Pero sabe el misterio. Seguramente José Manuel “Tinín”, el maestro madrileño, y Agustín Parra Parrita, otro genio, se lo han explicado.
Y el nuevo Curro de Linares, sincero, contesta: “No soy torero de Madrid, ni de Sevilla”. Razón tiene. Curro Díaz es torero de si mismo. Torero de toreros. Torero universal.
Es el torero “tapado”, el torero oculto, a la vez que de culto.
Jorge Laverón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario