Fue una jornada de toros insólita, pero histórica. Manolete, lidió en Bilbao dos corridas distintas en el mismo día. Ocurrió un 23 de agosto de 1944, en su mejor momento, y Javier Aresti, actual miembro de la Junta de la plaza, fue uno de los miles de aficionados que asistió a la gesta. Manolete estaba anunciado dos días seguidos, pero la lluvia obligó a suspender el primero. La Junta, presidida por Federico Ugalde, logró que la máxima figura del toreo actuase dos veces al día siguiente. Por la mañana con toros de Pablo Romero, con Pepe Bienvenida y El Andaluz; y por tarde con el hierro de Tasara, con Domingo Ortega y Juan Belmonte. Como condición, el matador pidió que lo aceptaran también sus compañeros de terna. La anécdota fue que, en la sesión matutina, los que tenían asientos de sol se reían de los de sombra, expuestos a la solana. "Manolete fue uno de los matadores que ha mandado en el toreo. Ligó muletazos en el terreno del toro como nunca hasta entonces se había hecho", explica Aresti. A su juicio, estos eran los rasgos artísticos del legendario diestro: "Pundonor, vergüenza torera, amor propio y valentía".
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