domingo, 30 de octubre de 2011

NOS FALTA URDIALES


Por Antolín Castro

La temporada recién acabada en Europa ha dejado momentos y hechos que la van a hacer permanecer en el recuerdo, pero no todo ha recibido el trato justo.

De todo lo acaecido en ella, no nos olvidamos de la desaparición del maestro Antoñete, el torero de Madrid, que nos ha dicho adios cuando la temporada había cerrado las puertas. Su marcha ha supuesto dejarnos más huérfanos en el mundo del toreo. Le echaremos mucho de menos.

El grave percance de Padilla, y sus secuelas, está demasiado reciente y parece ocupar toda nuestra atención actual, y con toda la razón, pero hubo otros hechos que marcaron lo noticiable dentro de la temporada.

Se indultó un toro de Núñez del Cuvillo, por José Mari Manzanares, en la Feria de Abril sevillana y por lo inusual en esa plaza, en otras casi lo tienen por norma, dentro del mundo del toro y tuvo su eco.

Reapareció José Tomás tras el gravísimo percance sufrido, 14 meses atrás, en Aguascalientes. Fue noticia de primera magnitud por quién era y por la larga rehabilitación tras lo sucedido allá en México. Todos los taurinos y aficionados miramos hacia la plaza de Valencia en ese día y el acontecimiento tuvo tintes de enorme repercusión en los medios, incluidos los no taurinos.

Cerraron, en principio, la plaza de toros de Barcelona y el revuelo mediático dio la vuelta al mundo, taurino y extrataurino, no en balde era noticia también para los antitaurinos, así como para las organizaciones pro animales. Los festejos que cerraron temporada, y quizá historia, en la Monumental barcelonesa tuvieron hueco como para que queden en la memoria de todos.

Dos nombres, dos toreros, Fandiño y Mora, se abrieron paso a golpe de triunfos, valor y torería por todas las plazas que pasaron y abrieron otro frente en la memoria colectiva de esta temporada. El acierto de anunciarles mano a mano en la Feria de Otoño de Madrid lo que hizo fue poner de manifiesto que se estaba en lo cierto en el apoyo a estos dos toreros que dieron una épica tarde.

Naturalmente sucedieron muchas cosas más, noticiables muchas de ellas. En las distintas ferias salieron toros y toritos, las figuras, con El Juli al frente, se hartaron de torear y de triunfar, destacando el citado Juli, Manzanares y Talavante principalmente. Morante hizo de las suyas de vez en cuando, Bilbao donde más, y el resto del G10 estuvieron planos o en declive.

Otras noticias a destacar fueron que Curro Díaz superó la tremenda cornada de Sevilla, con secuelas toda la temporada, y remató en un gran tono final; Frascuelo ilusionó otra vez a Madrid. Una corrida de Cuadri, en Zaragoza, puso en valor las características del toro de lidia y permite mirar con esperanzas a los aficionados de cara al futuro: Se puede tener 650kg., acudir alegre al caballo tres veces, brindar un gran tercio de banderillas y poner el triunfo a su matador con la muleta. Es posible y sin embargo lo niegan sistemáticamente los que viven de esto.

Y ya lo ven, falta hablar de Urdiales. Es seguro que pocos hayan reparado en ello, aunque el titular se lo anunciaba. Y es que eso es lo que ha pasado: No se le ha dado al diestro riojano la parte proporcional en los medios que su hazaña bilbaína merecía. Injusto a todas luces que la faena seguramente más valiosa y maciza de la temporada, ante un victorino nada fácil, quede relegada casi al olvido. Pero no solo en los medios, que yo intento corregir o paliar con estas letras, sino en los despachos. Las empresas han sido muy roñosas con el torero de Arnedo.

Se está acostumbrado a ello, pero no por ello deja de ser tremendamente injusto. Un torero cabal es desatendido por todos cuando sus cualidades y resultados dan para abrirle paso con tanto o más merecimiento que los citados que están recogiendo el premio de sus éxitos. Nos falta Urdiales en ese reconocimiento de la temporada 2011.

Varios han sido los temas noticiables que perdurarán en la memoria taurina de este 2011: José Tomás, cierre de Barcelona, percance de Padilla, muerte de Antoñete… y, por supuesto, Diego Urdiales.

2 comentarios:

Luis Domínguez Barco TAUROPINIONES dijo...

Por supuesto, Diego Urdiales. Esta temporada pasada no se le ha querido reconocer en los despachos lo que se ha ganado en el ruedo, pero seguro que la próxima la cosa cambia. Tiene que cambiar, debe de camabiar. Creo que de todos los toreros que se nombran en el post, Diego es el que más fielmente puede seguir la doctrina de Antoñete.

Juan Arolas dijo...

Diego está compremetido con su profesión y tiene su personal manera de entender esto. Y, debe de estar en su sitio, que ya está bien de mercenarios. Renovación ya.