viernes, 21 de octubre de 2011
JORGE GUTIERREZ: EL COLOSO DE TULA
Jorge Gutiérrez no se prodigó en demasía en España. Vino en el año 1982, confirmó su alternativa en Madrid, dejó el sello de su arte y, a su vez, llevó a cabo una campaña sin agobios, para torear, alrededor de 30 corridas de toros y, regresar de nuevo a su México querido. También es cierto que, su carrera, se acompasó con pequeños detalles, con pausitas inusuales para un torero al que, desde siempre, se le consideró como un artista; quizás que, en su condición de tal, le costó mucho abrirse camino y, doce años después de haber tomado su alternativa, Gutiérrez, resurgía con un esplendor inusual entre la toreria mexicana. Se había consagrado un torero y, México, su gran plaza, dijo sí; pero se lo dijo el primer día y, con enorme pronunciamiento. Digamos que, el peso de su carrera, se sustentaba bajo los auspicios de la sabia afición capitalina que, en todas y cada una de sus actuaciones, desgarraba sus gargantas para aclamar al ídolo; como antes decía, - y ahí están los datos- sigo creyendo que, Jorge Gutiérrez, ha sido quién más y mejor ha toreado en el Embudo de Insurgentes. Pla Ventura
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