Han acostumbrado a prostituir la palabra "poderío", aplicándosela a muchos toreros sin ton ni son. La primera regla que tiene que existir, para que haya poderío es naturalmente, que el toro tenga "poder" para que el torero pueda poderle. A un toro que acompaña la embestida no se le "puede", sino que simplemente se le dan pases, es lo que se podría definir como el "paserío", aunque a algunos ni eso, porque prefiren derrumbarse ante el torero antes de que lo atosiguen con tanto "paserío". El mundo al revés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario