martes, 26 de abril de 2011

LA TORERIA DE UN TERCERO


Cocherito era eso Cocherito, que no Cocherazo y duró 15 muletazos, no más. A Cocherito había que llevarlo muy cosido en la muleta porque si le dabas una cuarta te veía, y eso fue lo que le pasó a Oliva por el pitón derecho, que le vio y lo empaló. Seguidamente le enmendó tres naturales y uno de costadillo, que no de pecho y aquello, puso a la Maestranza y a sus seguidores en pie. Sevilla quiere a Oliva y el gitano debería de aprender a ir dejando de ser sólo Toreador y convertirse en Matador de Toros.

Como le pasa a Vilches, que la espada como que no le sienta bien, todo lo contrario que le pasa con el capote, con el que dejó pasajes de una belleza extraordinaria con las zapatillitas muy asentadas, codilleando y despreciando la mitad de él.


Fandiño, muy concentrado no tuvo suerte con su lote, como el Conde con sus pupilos, que no dieron el juego que de ellos se esperaba.

Pero la verdadera torería se hizo presente en la figura de Curro Trillo, tanto en el primero de la tarde como en el cuarto, a cada uno, Curro Trillo le dejó un par para paladearlo. Andándole muy despacito con los brazos descolgados, se asomó a los pitones y salió de la cara con mucha torería.

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