viernes, 4 de enero de 2013

Y LOS DEL ARTE A ACOMPAÑAR

"Los del valor a mandar...y los del arte a acompañar". Esa era la máxima. El aficionado acataba y respetaba que los que han mandado siempre, han sido los que más se han jugado lo más preciado que tienen, su vida. Aunque nuestro corazoncito haya estado siempre próximo al artista, por aquello de la genialidad del perdedor, ese era el padre nuestro del buen aficionado. 
Sin embargo, de un tiempo a esta parte, ese equilibrio se rompió. Los del valor han sido desplazados a las ultratumbas de las "corridas duras", apelativo que suena a desvergüenza, sobre todo cuando uno se pregunta ¿y como deben de ser las corridas, "blandas"?. Ante ese panorama, los toreros de arte han desaparecido, "el arte está huérfano" sentenció Rafael de Paula. El panorama actual se divisa esperpéntico, al modo en que lo vería el mismísimo Valle-Inclán en sus Luces de Bohemia, con esa metáfora de la ferretería de la calle madrileña de Álvarez Gato, donde se hallaba un espejo cóncavo y otro convexo que deformaban la figura de todo aquello que frente a ellos se posase. 
Esa deformación ha llegado ya a tal extremo, que hoy en día el aficionado acude a ver a un tipo de torero, que ni tiene valor, ni tiene arte. Es como un híbrido de generación del siglo XXI, que se pasea absurdamente entre la danza y las bufonadas que interpretan ante un toro "blando" y "colaborador". Los Josémaris, Morantes, Pereras, Castellas, Julis, Ponces y JT, ARTISTAS TODOS, quieren hacernos creer que son lo máximo de una profesión milenaria, que siempre se ha nutrido de gestas y heroicidades, en torno a su eje principal, EL TORO . Para lo otro, "para el arte", siempre había un reducidísimo número de toreros, uno o ninguno, que dentro de su miedo escondían una genialidad que la sacaban cuando se entendían con un toro, y eso era muy pocas veces, las muchas eran de pasar miedo, mucho miedo. 
Los Pedro Romero, Costillares, Pepe-Hillo, Chiclanero, Lagartijo, Frascuelo....no entendían de "arte", para eso estaba Manuel Díaz Lavi, gitano que le hablaba a los toros. Lo de ellos era otra cosa, era cuestión de honor y de valor, se tenía claro que "Los del valor a mandar...y los del arte a acompañar". Que pena que los Urdiales, Castaños, Robleños...ocupen ahora nuestro coranzoncito por ser los perdedores del siglo XXI, el mismo que antes ocupaban los "artistas" sin recursos pero geniales, de los que estamos también huérfanos.
Rompamos los malditos espejos que han deformado las realidades.

No hay comentarios: