sábado, 31 de mayo de 2014

EL ARTE NO TIENE HORA. FERIA DE CÓRDOBA



"Ferrera sacó la casta y algo más. Muy en corto, y muy cruzado, se explayó en un toreo lento y largo, con unipases excelsos. O sea, raza y gusto. Ni la espada ni el descabello hicieron justicia con el maestro.
Sí en cambio con Curro Díaz, una clase de torero en vías se extinción. No parecía que el quinto, un ropero de 600 kilos, fuese a permitir nada, pero Curro le pisó el terreno y el de González rompió a bueno, con fijeza y claridad. Su matador lo bordó en un toreo de soberbio estilo, con compás, con aroma, con sabor en naturales y redondos, siempre despacioso, pero a cámara lenta en los de pecho. Y de primor en los ayudados, trincherillas y demás detalles de torero caro. La estocada fue inapelable y cortó una oreja, pero mereció las dos. Al salir de la plaza vimos el autobús de Morante con su slogan: "el arte no tiene miedo ". Ni hora. A Córdoba llegó 24 horas antes. Y venía de Linares."

Por Álvaro Acevedo

sábado, 24 de mayo de 2014

EL RITO


Vértigo, mucho vértigo e intensidad. La muerte del novillero Luis Miguel Farfán y del forcado Eduardo del Villar, la mandíbula destrozada de Castella, la femoral partida de David Mora, las cogidas de Nazaré y Fortes, evidencian una única verdad, esto de los toros es para gente muy especial, con un sentido de la vida muy diferente al del resto de los mortales.

Hay en el mundo del toro, una ceniza acumulada que estos acontecimientos han venido a remover, todos esos lodos que traen empresas endogámicas sin recursos para actualizarse en este siglo, así como pretendidas figuras en donde el veto prevalece sobre los verdaderos éxitos en el ruedo.

La grandeza del toreo, siempre ha residido en su más intima conexión con la muerte, la que siempre nos persigue a todos y muchos no quieren ni oírla. Y en el toreo eterno, el de templar con un valor para sortearla, como ayer hizo Perera, frente a un Juli y un Manzanares hijo, más cerca de la bisutería que de la orfebrería que exige este rito.

sábado, 17 de mayo de 2014

DOS LOCOS A SU AIRE


Los locos viven en muchos mundos
y los cuerdos sólo viven en la tierra

miércoles, 7 de mayo de 2014

TOMAS PAVÓN


Hay un hombre entre los hombres que disimula con altivez una leve cojera congénita. Mientras los sátiros devoran con ansias el alcohol y la carne de las pobres lumiascas, haciendo un hueco en el tempo de la fiesta, entre los fandanguillos del Bizco Amate y las bulerías de Manuel Vallejo, él bebe leche pues su hígado es delicado. Cuando llega su turno, el último de la noche normalmente, el que llaman Príncipe de la Alameda, vuelve las tornas del aire, araña las fatigas del vómito y como un sacerdote de Eleusis suelta por su boca oscuros oráculos de muerte:

Reniego yo de mi sino
Como reniego de la horita
En que te he conocío.

Fin del rito, fin de la fiesta. De su voz en estas noches no queda ningún registro, una pocas grabaciones que le sonsacó su hermana. Él sólo quiere acabar la noche, escuchar los dormidos pájaros del alba y darle dos besos a Reyes, su mujer. La única que amó. Era Tomás Pavón. Quiero creer que Lita Cabellut lo pudo haber conocido en sus sueños para retratarlo.