viernes, 19 de julio de 2013

22 MAYO 1985 MADRID. LA MEDIA

De todo cuanto hubo ayer en Las Ventas no quedó nada, salvo media verónica. Llevaba firma: Rafael de Paula. Por c´Alcalá arriba iba la afición dando la media verónica como podía, y la gente se paraba a mirar, compasiva. Decía la gente: "Cuantos señores operados de cadera, pobrecillos, ¿de dónde vendrán?. A la afición lo que más le tenía impresionada de la media verónica era el caderazo y lo repetía, sin fortuna. Unos se corregían a otros: "Que no es así, que es asao". Ni don Mariano, el veterano aficionado experto en toreo de salón, conseguía que le saliera la media verónica con crují-e-caera. Es lógico. Para dar la media verónica con crují-e-caera hay que ser Rafael de Paula. Muchas veces, ni el propio Rafael de Paula consigue darla. Pero ayer sí. Fue en un quite. Se paró en dos verónicas de su marca, y cuando creaba la media, abajo las manos, el capo te en un vuelo, el toro absorto en su embrujo, cimbreó la cintura e inmortalizó su estampa gitana con el crují-e-caera. Con lumbago están ahora los aficionados más ancianos, después de tantos caderazos como iban dando c´Alcalá arriba, y a don Mariano le pone fomentos su santa esposa. Pero otros más jóvenes tam oco pueden imitar esa media verónica. Por ejemplo, a los jóvenes José Antonio Campuzano y Espartaco, que alternaban con el artista gitano, ni se les ocurre Para qué. Además ellos iban a lo suyo, que es pegar pases. Les daba igual que el toro fuera tan pastueñito como el segundo (de Campuzano) o el sexto (de Espartaco) Como su ideal en la vida es pegar pases, renunciaban a crear arte. Los dos son sevillanos, pero se sospecha que serán sevillanos del norte de Noruega. En el norte de Noruega debe de haber una Sevilla donde se inspiran estos toreros sevillanos que no lo parecen... Joaquín Vidal.

No hay comentarios: