jueves, 19 de mayo de 2011

MATAR A UN TORO RECIBIENDO


Los historiadores aseguran que es Pedro Romero quien se ocupa del refinamiento de un tipo de estocada que todos los toreros primitivos realizaban y que es el antecedente de la estocada recibiendo. Las condiciones de la lidia actual -desde hace varias décadas- hacen que se vea esta suerte muy de tarde en tarde.
Para recibir existe dos teorías. La primera consiste en que el torero debe situarse un poco más lejos que si fuera a matar al volapié. Adelantando la muleta hacia la cara del toro, a la vez que la pierna izquierda se desplaza hacia el centro de la suerte, se cita al toro para que tome el engaño. Con el toro humillado y tomando la muleta, el torero se acerca la muleta a la vez que vuelve a colocar el pie en su situación, la original, junto al derecho. En este momento, cuando el estoque se hunde en el morrillo, es cuando el torero debe buscar un punto de apoyo con el pie izquierdo.
La otra teoría consiste en que el torero mete la muleta hacia la cara del animal a la vez que el pie izquierdo permanece quieto, hundiendo así el estoque en el morrillo del toro.
La suerte de recibir, es la modalidad originaria de matar los toros, la mas arriesgada y bella de cuantas haya conocido el toreo. Se hace cuando la res tiene fuerzas para acudir al cite. Es el toro el que acude hacia el torero.

Por su ejecución ayer Manzanares se ganó la Puerta Grande, un premio que en otros tiempos hubiese pasado desapercibido, pero que en la actualidad con la carencia de torería se agradeció en demasía, cosas de la modernidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Escribía Joaquín Vidal en su obra “El toreo es grandeza” al respecto:

"Cargar la suerte se produce en el segundo tiempo del lance de capa o del pase de muleta. He aquí su planteamiento : el torero se sitúa frente al toro. Literalmente frente al toro. No vencido hacia atrás , orillando su rectitud : lo que en la jerga llaman "fuera de cacho". Situado de frente, se colocará "dando el medio pecho". Es decir, no necesariamente encarado de frente, pero nunca de perfil: terciado. El toro estará a la distancia que dicten su bravura, su codicia y sus pies. Así colocado, el torero presenta el engaño.(...)
Bien; adelantando el engaño, el toro se fija en él (...)
A la presentación del señuelo, cuyo leve avance le basta para sentir los dardos de la provocación, la casta le revuelve la sangre al toro bravo e incita su instinto de ataque.(...)
Cuando cree que está a su alcance , humilla, para tirar el derrote y destruirla , pero no lo tira, porque el diestro mueve el señuelo , imprimiéndole el ritmo que demanda la embestida. En el preciso instante en que el toro iba a entrar en jurisdicción , el torero, dejando en su sitio el pie que le da lado, adelanta suavemente el otro, y esta es la acción de cargar la suerte. ¿Qué efecto produce? Pues que el torero ha ganado terreno al toro, desde luego acentuando el peligro. Pero a su vez, como muda la posición del capote o la muleta, el toro, al perseguir la presa, hubo de cambiar también su recorrido. A partir de aquí, el lance o el pase tienen una trayectoria en círculo, hasta el remate de la suerte, que será detrás de la cadera. El torero habrá "mandado" de tal guisa que dejará colocado al toro allá donde vaya a embestir de nuevo, sin que se vea obligado a rectificar su posición. Que vuelve a ser la del principio, sólo que ahora los pases se suceden apenas sin solución de continuidad- eso lo llaman "ligar"- y el torero continuará ejercitando la cargazón de la suerte en cada uno de ellos, con lo cual siempre habrá estado ganándole terreno al toro a lo largo de toda la tanda; siempre lo habrá estado obligando a seguir un recorrido primero recto, luego curvo, a manera de signo de interrogación, y el encastado animal acabará sometiéndose a su dominio".

Antonio Bienvenida, decía que “cargar la suerte” es cambiar el viaje del toro adelantando esa pierna de salida cuando el toro ya ha iniciado la embestida.

Ha de hacerse así para modificar la trayectoria rectilínea de la embestida. Es más expuesto y produce mayor mando y belleza. Es torear. De lo contrario solo se acompaña el viaje del toro, y además se desplaza la embestida hacia fuera . Y eso no es torear, aunque ya se haya hecho canon de la tauromaquia moderna. Y eso NO lo hace Manzares ni casi nadie