Pues por este... |
Pues por este no he oído yo a nadie decir: "Yo me conformo nada más que con verlo hacer el paseíllo; aunque luego no haga nada, ya doy por bien empleado el dinero de la entrada".Pues por este cuando preguntan por un cartel en el que figura nadie dice que torean él y dos más. Pues por este no fue creado el Domingo de Resurrección como fiesta mayor del toreo según Sevilla, con misa grande de tres capas en forma de tres capotes de paseo y el recuerdo del incienso del Baratillo y de la Carretería aún por la Puerta del Arenal cuando se va camino de la plaza. Pues por este nunca se abrió el palco del Príncipe para que viniera a verlo su máxima y más egregia partidaria: S.A.R. Doña María de las Mercedes de Borbón y Orleáns, Condesa de Barcelona, esposa de Rey y madre y abuela de Rey. Pues por este no se hartan las gitanas de vender ramitas de romero para que se las ponga la gente en el ojal de la solapa con esa alegría de ir a la plaza con la esperanza de ver algo grande. Pues por este no se compran sus detractores rollos de papel higiénico para tirárselos en la plaza, que ya hay que odiar a un torero para ir a la droguería o al Mercadona, comprar un paquete de rollos de papel higiénicos, guardarlos hasta el domingo, cogerlos el domingo, meterlos en una bolsa, llevarlos en el autobús o en el coche, sacarlos del autobús o del coche e ir cargando con ellos hasta la plaza, y entrarlos sin que te digan nada los porteros, y tenerlos allí entre las piernas, con lo estrechos que son los asientos de los tendidos de sol, y al final, ¡zas!, lanzarlos, pero no desenrollados como si estuvieras en el Gol Sol cuando los goles, sino enteritos, y si le pegas con el rollo de papel hiogiénico en toda la cabeza, mejor, más contento que te pones, so mamón. Pues por este nunca he visto yo que se haya llenado de almohadillas el ruedo de la plaza de los toros de Sevilla, con el trabajo que le da luego a los areneros recogerlas y ponerlas en su sitio, sucias además del pisoplaza si ha llovido y están todas enguarradas del barro de albero, que hay que limpiarlas una por una, ¿no, Ventura?, un lío... Pues por este no le he oído yo a nadie gritar desde un tendido de sol: "Mañana va a venir a verte tu puta mare...¡y yo!". Pues por este nunca he escuchado yo tampoco gritar: "Te odio". Pues por este, en una tarde de las malas, malas, tampoco he oído yo que le dijera un conformista, resignado: "¡Ya vendrá el verano...! Pues por este no he visto yo a la gente que saliera por el Paseo Colón pegando lambreazos por verónicas o ayudados por bajo. Pues por este no he visto yo que hayan despedido, por defenderlo frente a un cliente, a un dependiente de Arance, ni que luego hayan tenido que readmitirlo porque un juez haya dicho en una sentencia que seguirlo y admirarlo debe tener el mismo respeto que una religión, pues las creencias profundas de fe y arte están protegidas por la Constitución. Pues por este no he visto yo que hayan abierto cinco veces la Puerta del Príncipe de Sevilla. Pues por este no he visto yo que hayan abierto siete veces la Puerta Grande de Madrid. Pues por este no he visto yo que ningún cronista taurino haya dicho: "Viene pidiendo poetas". Pues por este nunca repicó con las noticias del arte el teletipo de las amapolas. Pues por este no he visto yo que despacharan en ninguna Perfumería de las Bellas Artes el tarro de las esencias. Pues por este no he escuchado yo a Camarón cantándole que es la esencia de los toreros. ¿Y este quiere ser como aquel y mandar en Sevilla como aquel mandaba? ¿Y eso es lo que respeta este a la afición de Sevilla? Este es un niñato. Aquel era un señor. En una palabra: era Sevilla. El señorío de Sevilla. Cuando mandaban los señores y no querían mandar los niñatos, en el toreo no pasaban estas cosas. |
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