Juan Arolas: Miro a la Lola y la remiro; la oigo y la escucho mil veces; la siento hasta lo más profundo de mi ser enamorado, tantas veces en esta vida, aunque nunca desde esa parte del río; quisiera comprenderlo, sin conseguirlo. La Faraona no me lleva a Federico; lo siento, si tu pretensión ha sido esa. Federico, libro prohibido junto a los de Míguel Hernandez en toda España, menos en mi casa. Mi papa de derechas que lo era, y más socialista que Cristo, se pasaba eso por debajo de donde le daba la gana, para eso ganó -puede que la perdiera- la guerra. Federico amigo de sus amigos los Centeno. Miguel su padrino de guerra, aunque nominalmente eran unos buenos señores de Albatera del que sabía cosas que debía callar; bastante con qué aquello se acabara de una vez. Toda una vida con esos libros de cabecera y uno en primer lugar, el de Primo de Rivera, otro más próximo todavía, cualquier era bueno en hablando de Cristo.
Gil de O. dice cosas que calla, sin dejar de atizar. Hable claro hombre; si después de lo que estamos viendo en estos días, qué otra cosa podría extrañar si estamos peor que antes, presos de nosotros mismos.
3 comentarios:
Juan Arolas:
Miro a la Lola y la remiro; la oigo y la escucho mil veces; la siento hasta lo más profundo de mi ser enamorado, tantas veces en esta vida, aunque nunca desde esa parte del río; quisiera comprenderlo, sin conseguirlo. La Faraona no me lleva a Federico; lo siento, si tu pretensión ha sido esa.
Federico, libro prohibido junto a los de Míguel Hernandez en toda España, menos en mi casa. Mi papa de derechas que lo era, y más socialista que Cristo, se pasaba eso por debajo de donde le daba la gana, para eso ganó -puede que la perdiera- la guerra.
Federico amigo de sus amigos los Centeno. Miguel su padrino de guerra, aunque nominalmente eran unos buenos señores de Albatera del que sabía cosas que debía callar; bastante con qué aquello se acabara de una vez.
Toda una vida con esos libros de cabecera y uno en primer lugar, el de Primo de Rivera, otro más próximo todavía, cualquier era bueno en hablando de Cristo.
Saludos de Gil de O.
Gil de O. dice cosas que calla, sin dejar de atizar.
Hable claro hombre; si después de lo que estamos viendo en estos días, qué otra cosa podría extrañar si estamos peor que antes, presos de nosotros mismos.
El Meques
Tú lo has dicho Juan (nombre de pila del Meques)
"estamos peor que antes,
presos de nosotros mismos"
Me parecen dos de tus versos salidos del corazón y el alma. Debes seguir escribiendo. Gracias por estar ahí.
Saludos de Gil de O.
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